Invertir en vejez

CARTA DEL PRESIDENTE
Dpto. Comunicación SECOT

Cuando se habla de envejecimiento se hace normalmente en términos negativos. Las personas mayores al salir del ciclo productivo, son consideradas, ante todo, como consumidoras de gastos ingentes en pensiones, sanidad o dependencia. El que la gente viva más años y lo haga en mejores condiciones no es gratuito, ni  injusto porque los prestatarios de esas ayudas sociales han dedicado su vida a financiarlas. Pero los mayores no son sólo consumidores por cuenta ajena, también generan nuevas oportunidades para la economía y la inversión. Los sectores inmobiliario, automovilístico, el de los cuidados personales, de utensilios para el hogar o las nuevas tecnologías ofrecen claros ejemplos de esas oportunidades. Ya hay muchas empresas que invierten “en demografía” y muy especialmente en sectores que ofrecen artículos o servicios para las personas mayores. En el ámbito inmobiliario proliferan por todas partes los llamados “seniors resorts”, complejos urbanísticos que disponen de todos los servicios y comodidades para esa clientela de edad. En el sector automovilístico hay compañías que diseñan o adaptan modelos con características para “compensar” algunos de los inconvenientes del envejecimiento físico. Los grandes laboratorios producen una variedad infinita de artículos para mayores. En Amazon, por ejemplo, se pueden encontrar más de 7.000 resultados para la expresión “anti-edad”. Hay productos para la cara, los ojos, el cuerpo, las articulaciones, las arrugas, el cabello, … que previenen, reparan, reafirman, perfeccionan, mantienen, estimulan o rejuvenecen. Y existe una gran cantidad de utensilios para el hogar caracterizados por su facilidad de uso o su reducida peligrosidad. Y en el ámbito de las nuevas tecnologías hay compañías que desarrollan productos para esta clientela mayor especialmente en dos líneas: la domótica y las herramientas y aplicaciones para internet. Es cierto que existe una brecha digital entre jóvenes y mayores, pero esa distancia se reduce poco a poco gracias a la oferta de productos con buenos niveles de usabilidad y accesibilidad. No se puede decir que los seniors naveguen como sus nietos, pero tampoco que sean analfabetos digitales. Así pues ,los viejos no son sólo una unidad de gasto, sino también una opción de negocio que crece cada vez más.